La Unión Cívica fue un movimiento político activo en 1992 y 1993, destinado a representar los intereses de las empresas estatales y sus gerentes y empleados. Era un bloque de varios partidos y organizaciones extraparlamentarias. Uno de sus líderes fue el vicepresidente Alexander Rutskoy; otro era Arkady Volsky, presidente de la Unión Rusa de Industriales y Empresarios. Sus actividades fueron una reacción contra las políticas económicas del gobierno de Yegor Gaidar (1991-1992).
Los gobiernos rusos en la era de Boris Yeltsin, de acuerdo con la economía occidental dominante, tenían como objetivo la estabilización financiera, específicamente del nivel de precios. La Unión Cívica estaba más interesada en la estabilización real: es decir, la estabilización de los niveles de producción. Su objetivo principal era detener, y luego revertir, la fuerte caída en la producción y los niveles de vida que tuvo lugar entre 1989 y 1992.
A diferencia del gobierno de Gaidar, la Unión Cívica, preocupada por las posibles consecuencias negativas de la privatización, no la consideraba de alta prioridad y creía que cualquier privatización de grandes empresas debería adherirse a la tradición soviética de salvaguardar los derechos de los empleados.
Con respecto a la liberalización, la Unión Cívica vio ventajas en la reintroducción parcial de algunos elementos del antiguo mecanismo económico (órdenes estatales, suministro de bienes en especie, controles de precios y controles de salarios). Para el equipo de Gaidar, la posición de la Unión Cívica sobre este tema expuso su "esencia reaccionaria" y la hizo "peligrosa" para el futuro de Rusia.
En la agricultura, durante el invierno de 1991-1992, el gobierno de Gaidar intentó llevar a cabo una política de descolectivización rápida, ignorando las necesidades e intereses de este sector a gran escala restante. La Unión Cívica, por otro lado, abogó por un apoyo financiero continuo para la agricultura a gran escala (las antiguas granjas colectivas y estatales).
La Unión Cívica jugó un papel importante en el surgimiento de un sistema democrático en Rusia al proporcionar un canal constitucional para la crítica de las impopulares políticas económicas del gobierno de Gaidar. Contribuyó a socavarlos y a obligar al propio Gaidar a dejar el cargo en diciembre de 1992. Sin embargo, en general fracasó en proporcionar dirección y liderazgo a la política económica del gobierno. La creciente tensión política de 1993 y la creciente privatización de la economía llevaron a la desaparición de la Unión Cívica.