Iniciado en 1918, el Terror Rojo fue una política estatal del gobierno bolchevique para reprimir, intimidar o liquidar a los adversarios reales o potenciales del régimen. Comenzó el 5 de septiembre, cuando la supervivencia del régimen bolchevique se vio amenazada por enemigos internos y externos. La culpa individual no importaba; pertenecer a una clase social sospechosa. En otras palabras, se trataba de un enfoque basado en clases no para la justicia sino para ajustar cuentas con enemigos potenciales. Sus primeras víctimas fueron ex oficiales zaristas, policías, aristocracia, líderes de partidos de oposición y propietarios que habían disfrutado de privilegios bajo el antiguo régimen. En 1918 fueron ejecutados unos quince mil. En 1919, otros grupos sociales fueron atacados: antiguos terratenientes, empresarios y cosacos, atacados por sus presuntas actitudes antibolcheviques. En 1920, la política se extendió a los campesinos de las provincias rebeldes, junto con miles de oficiales rusos blancos capturados y sus familias. Los rusos blancos eran los contrarrevolucionarios; el color blanco era un símbolo del antiguo orden y el color rojo era un símbolo de revolución y comunismo.
Red Terror fue llevado a cabo por una nueva institución, llamada Cheka (una abreviatura del ruso para "comisión extraordinaria"). La Cheka era una institución estatal, subordinada únicamente al Comité Central del Partido Comunista. Era una fuerza de policía política que no hacía cumplir la ley, sino que administraba el terrorismo sistemático de manera arbitraria. Las chekas locales, especialmente en Ucrania, eran famosas por su crueldad y por las ejecuciones en masa llevadas a cabo en el verano de 1919. Era un instrumento del partido para la conducta de la ilegalidad legalizada. El ajuste de cuentas y el beneficio personal fueron a menudo motivos de denuncia. Nuevos conceptos entraron en el léxico, entre ellos "enemigos del pueblo", "enemigos ocultos" y "origen social sospechoso". La consecuencia a largo plazo del Terror Rojo fue el desprecio por la culpa o la inocencia individual, la institucionalización de un enfoque de la justicia basado en la clase, la designación de "grupos sociales sospechosos", el miedo y la intimidación de toda la población y, posteriormente, una ola aún mayor del terror patrocinado por el estado bajo Josef Vissarionovich Stalin.