(1843-1882), famoso oficial del ejército imperial ruso activo en la conquista de Turkestán y en la guerra ruso-turca de 1877-1888.
Nacido en una familia noble rusa, Mikhail Skobelev se convirtió en miembro del cuerpo de oficiales del ejército ruso. En 1869, habiendo recibido una educación en escuelas militares, se unió a las fuerzas rusas completando la conquista de Asia Central.
Primero se distinguió en operaciones militares en el valle de Fergana (ahora en Uzbekistán), donde en 1875 las fuerzas rebeldes antirrusas habían derribado al khan de Kokand (aliado con Rusia). Rápidamente formuló su propia estrategia de guerra colonial, resumida en las pautas "masacrar al enemigo hasta que termine la resistencia", luego "dejar de masacrar y ser amable y humano con el enemigo derrotado". Destruyó varios pueblos rebeldes durante su campaña, dejando miles de muertos entre los rebeldes y la población civil. Cuando los líderes de la revuelta se rindieron, recomendó al zar que los perdonara. Como recompensa por su triunfo militar, fue ascendido al grado de mayor general y, a los treinta años, se convirtió en el gobernante militar del Valle de Fergana.
Cuando el Imperio Ruso declaró la guerra al Imperio Otomano en 1877, Skobelev se unió a los ejércitos rusos que se movían contra los turcos. Su valentía y habilidad militar le valieron el mando de uno de los ejércitos rusos en la campaña. Lideró a sus tropas en la captura de la ciudad clave fortificada otomana a lo largo de la costa occidental del Mar Negro que protegía Constantinopla. Su deseo de una rápida victoria resultó en grandes pérdidas entre sus tropas, pero sus hazañas preservaron su imagen en Rusia como el triunfante "General Blanco".
El último triunfo militar de Skobelev se produjo en otra guerra en Asia Central. Ante la revuelta de las tribus turcomanas nómadas, el gobierno zarista lo envió en 1880 para obligar a los nómadas a someterse al dominio imperial. Tuvo éxito, aplicando una vez más su brutal estrategia de guerra colonial. A principios de 1881, sus tropas asaltaron la principal fortaleza turcomana de Geok-Tepe (ahora en Turkmenistán), matando a la mitad de los defensores, así como a muchos civiles. Su reputación entre los imperialistas rusos estaba en su apogeo. Sin embargo, el nuevo zar, Alejandro III, sospechaba de su deseo de fama y sus ambiciones políticas. Tras el triunfo de Skobelev en Turkestán, el gobierno lo envió a un puesto militar remoto en el oeste de Rusia. Allí inició una campaña pública para restaurar su reputación, pero murió poco después de un infarto.