Sistema estadounidense, término invocado por el representante de Kentucky Henry Clay en su discurso ante el Congreso del 30 al 31 de marzo de 1824 como parte de su argumento a favor de un arancel más alto. Clay, quien pasó a servir en el Senado y fue candidato presidencial del Partido Whig en 1832 y 1844, creía que el arancel estimularía la manufactura y la agricultura nacionales al aislar el mercado interno de los productos extranjeros. Basó este enfoque, al menos en parte, en la estrategia económica de los británicos, cuya continua penetración en los mercados estadounidenses y las políticas proteccionistas contra las exportaciones estadounidenses perpetuaron un importante desequilibrio comercial entre los dos países durante la década de 1820. A pesar de la resistencia generalizada de los antiproteccionistas, que temían que los aranceles altos incitarían a otros países a gravar las exportaciones estadounidenses, el Congreso en mayo de 1824 aprobó por un estrecho margen un aumento sustancial de la tasa.
Posteriormente, el concepto de Sistema Americano llegó a incluir un conjunto más amplio de políticas que Clay y sus seguidores propusieron como el mejor medio para fortalecer la economía del país y reestructurar la relación entre el gobierno y la sociedad. La invocación del término por Clay se hizo eco del nacionalismo económico anterior de Alexander Hamilton quien, en el número 11 de la papeles Federalistas en 1787, también se había referido a un Sistema Americano caracterizado por un gobierno federal poderoso y activista que garantizaría la soberanía y prosperidad de Estados Unidos. La plataforma de Clay reflejó una convicción similar de que la intervención del gobierno podría estimular el desarrollo económico interno de manera más efectiva que la dependencia de las fuerzas del mercado, y que una economía más fuerte a su vez haría que el país fuera más resistente para enfrentar la competencia del comercio exterior o las amenazas militares. Al armonizar los diversos intereses económicos dentro de los Estados Unidos, sostuvo, tal política haría que la producción agrícola y manufacturera estadounidense fuera más eficiente que la de otras naciones. Además de la tarifa, Clay apoyó un banco central fuerte y fondos federales para mejoras internas para mejorar la circulación de productos básicos y hacer que los productores estadounidenses sean más competitivos. En particular, pidió una mayor construcción de carreteras y canales, que en su opinión unificarían las distintas regiones de Estados Unidos, facilitarían el transporte de mercancías y mejorarían la capacidad del país para defenderse de una invasión o rebelión.
El sistema estadounidense se convirtió en la expresión más coherente del nacionalismo económico propuesto en la primera mitad del siglo XIX y aumentó la ya extensa influencia de Clay en la política nacional. Sin embargo, durante su carrera política, las fuerzas antinacionalistas centradas en el Partido Demócrata lograron derrotar muchas de las políticas propuestas por Clay. Los propietarios de plantaciones del sur, que dependían de los mercados extranjeros para absorber gran parte de su producción, se opusieron en particular al sesgo proteccionista del sistema estadounidense. No fue hasta la década de 1860 y la administración de Abraham Lincoln, un antiguo admirador de Clay y sus políticas, que el gobierno federal comenzó a implementar muchos de los principios incorporados en el sistema estadounidense. En este sentido, el sistema estadounidense prefiguraba la mayor disposición de las administraciones posteriores a la Guerra Civil para intervenir más directamente en el desarrollo económico de Estados Unidos.
Bibliografía
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Henry MarkComodín