El monje romano San Agustín de Canterbury (fallecido ca. 606) es conocido como el Apóstol de Inglaterra. Trajo el cristianismo a Inglaterra en el siglo VI y se convirtió en el primer arzobispo de Canterbury.
Gregorio el Grande, antes de convertirse en Papa, había visto en un mercado de esclavos en Roma a unos jóvenes capturados de la tribu Angle. Se decía que estaba tan impresionado por su tez clara y su cabello rubio que comentó: "Estos no son ángeles, estos son ángeles". Cuando Gregorio se convirtió en Papa, su deseo de convertir a los anglos al cristianismo lo llevó a encargar a un grupo de monjes que llevaran el mensaje del evangelio a Inglaterra. Para dirigir la misión, Gregorio eligió a un hombre por el que se había ganado el respeto cuando compartían celda en el monasterio de San Andrés en Roma, un monje llamado Agustín.
Hasta ese momento, Agustín había seguido la tranquila y disciplinada vida monástica de trabajo, oración y estudio de las Escrituras. Por sentido del deber, respondió a la directiva del Papa Gregorio y dejó la paz del monasterio con un contingente de 20 monjes. Aterrizaron en la esquina sureste de Inglaterra en 597.
El rey Ethelbert de Kent recibió a los monjes con cierta curiosidad pero, sospechando que Agustín pudiera poseer poderes mágicos, insistió en reunirse con ellos al aire libre, donde no sería tan vulnerable. El rey quedó impresionado por el valor y la franqueza de Agustín. Dentro de un año, en la Navidad de 597, Ethelbert accedió a aceptar el bautismo y se hizo cristiano él mismo. Diez mil de su gente siguieron su ejemplo, dando a Agustín una base desde la cual operar.
Agustín continuó recibiendo ayuda de Roma y más monjes vinieron a predicar bajo su dirección. El Papa Gregorio envió reliquias, vestimentas, libros y respuestas a las preguntas de Agustín. Después de ser nombrado obispo de toda Inglaterra en 601, Agustín trató de coordinar sus actividades con los grupos cristianos entre los celtas y los británicos. Siguiendo el consejo del Papa, Agustín no destruyó los templos paganos, sino que los usó como iglesias una vez que se quitaron los ídolos y se purificaron los edificios con agua bendita. El rey Ethelbert construyó un monasterio para Agustín y animó al misionero a establecer su sede en Canterbury en Kent en lugar de Londres en Essex, como había sugerido el Papa Gregorio.
Agustín tuvo relativamente poco éxito inmediato en sus relaciones con los otros grupos cristianos en Inglaterra, que querían permanecer independientes de Kent y no estaban contentos de que el Papa hubiera enviado a un romano para supervisar sus actividades. Pero la semilla que plantó en el sureste de Inglaterra iba a crecer en todas las islas británicas, involucrándolas inextricablemente en el curso del cristianismo europeo. Agustín murió en algún momento entre 604 y 609.
Otras lecturas
Cardenal Gasquet, La Misión de San Agustín (1924), es un estudio completo de la obra de Agustín en Inglaterra. También es un estudio completo Sir Henry H. Howorth, San Agustín de Canterbury (1913). □