El 23 de noviembre de 1910, el marinero de la Armada Negra João Cândido encabezó una revuelta de 2,379 hombres, quienes se hicieron cargo de tres modernos buques de la Armada en la Bahía de Guanabara, Río de Janeiro, en medio de las festividades por la toma de posesión del presidente Hermes da Fonseca. El incidente, conocido como Revolta da Chibata (revuelta contra el castigo corporal) no fue tanto contra el nuevo presidente como una acusación de las horribles condiciones de trabajo y la práctica obsoleta del castigo corporal (encargarse de ) aplicada en la marina, particularmente como medida disciplinaria para las bases. La rebelión se intensificó cuando los manifestantes dispararon contra el comandante Batista das Neves y amenazaron con bombardear la capital. Aunque los marineros repugnantes no mencionaron la raza como un factor de motivación para sus acciones, la raza jugó un papel importante en la revuelta. Si bien los oficiales de la marina provenían en su mayoría de familias blancas aristocráticas brasileñas, la base estaba compuesta por afrobrasileños o blancos pobres que a menudo eran tratados como esclavos.
Aunque la república había prohibido el castigo corporal en noviembre de 1889, seguía siendo una práctica adecuada para garantizar un comportamiento adecuado dentro de las fuerzas armadas. Además, el prejuicio racial y de clase invadió el cuerpo de oficiales, cuyos miembros frecuentemente abusaron del castigo corporal y mantuvieron condiciones insalubres para los marineros mientras que a menudo vivían y trabajaban en esplendor. Aunque los marineros eran azotados de forma rutinaria, la violenta flagelación del marinero bahiano Marcelino Rodrigues Meneses, el 16 de noviembre de 1910, fue el último incidente que llevó a los marineros a actuar.
En la noche del 22 de noviembre de 1910, un grupo de marineros alistados liderados por João Cândido (en el barco Minas Gerais ), Ricardo Freitas y Francisco Dias Martins (en el Bahía ), Gregorio Nascimento (a bordo del São Paulo ), y un comité organizado sobre la tierra decidió hacer huelga. Los marineros consiguieron hacerse con el mando de las tres embarcaciones, aunque no sin una pelea que provocó la muerte de varios hombres que resistieron, entre ellos oficiales. En nombre de los marineros, Cândido negoció con el gobierno nacional la entrega y entrega de las embarcaciones a cambio de un indulto general para los marineros, la abolición del castigo corporal, la mejora de las condiciones de vida y mejores salarios para los alistados. Al día siguiente, 23 de noviembre de 1910, el Congreso Nacional de Brasil aprobó la amnistía general para los revolucionarios y prometió atender las demandas de los marineros.
Lamentablemente, en lugar de honrar la amnistía, el estado brasileño envió un fuerte mensaje a la población de que no se tolerarían los desafíos al orden nacional. Muchos de los participantes fueron encarcelados, ejecutados o exiliados a campos de trabajo en la región amazónica. João Cândido recibió una pena de prisión de dieciocho meses y finalmente fue destituido de la marina. Murió en la pobreza y nunca se le ha dado el lugar que le corresponde en la historia social brasileña. No obstante, la revuelta marcó un momento importante en la historia social de Brasil.
Bibliografía
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