Quetelet, lambert adolphe jacques

Quetelet, lambert adolphe jacques (1796–1874), astrónomo y estadístico belga.

Adolphe Quetelet, destacado en su época y desde entonces por sus trabajos en ciencias sociales y estadística, se formó en matemáticas y comenzó su carrera científica en astronomía. En 1823 persuadió al gobierno de los Países Bajos, que entre 1815 y 1830 incluía a Bélgica, para que construyera en Bruselas un observatorio, del que debería ser el primer director. Con este fin, se le autorizó a viajar a París y pasar una temporada en el observatorio allí aprendiendo las cuerdas. El observatorio de Bruselas tuvo un comienzo difícil, porque justo cuando la construcción estaba casi terminada, estalló la revolución de 1830 en Bélgica, y durante un tiempo el observatorio estuvo ocupado por soldados. Pero aguantó, y toda la carrera de Quetelet estuvo enmarcada por las ciencias del observatorio.

Estas ciencias incluían no solo la astronomía, sino también la geodesia (medidas relativas a la forma y curvatura de la tierra), la meteorología y el estudio de las mareas, el magnetismo terrestre y otros fenómenos cuantificables como la época de floración de las plantas. Como líder de la Academia de Ciencias de Bruselas, Quetelet aspiraba a organizar a sus miembros en una sola colaboración dedicada al estudio de los fenómenos periódicos. Este fue un trabajo que requirió una observación extensa y detallada, y para el cual la cooperación científica fue esencial. Aunque no pudo controlar las carreras de todos sus asociados, ayudó a crear una red internacional dedicada a la historia natural cuantitativa. Su vasta correspondencia documenta este importante movimiento científico de mediados del siglo XIX, en el que asumió un papel central.

También la estadística era para Quetelet una ciencia del observatorio. Desde la década de 1820 hasta finales del siglo XIX, "estadística" significó una ciencia social empírica, la ciencia de los colectivos humanos y de la observación masiva. Aunque alcanzó un estatus al menos marginal en las academias científicas, fue más a menudo un estudio burocrático que académico. El movimiento estadístico de las décadas de 1830 y 1840 estuvo vinculado a las nuevas oficinas gubernamentales que realizaban censos, registraban nacimientos y defunciones y vigilaban la delincuencia, el comercio y la escolarización. Quetelet tuvo un papel importante en la organización burocrática de las estadísticas en su país de origen. Aún más significativo fue su liderazgo de los Congresos Internacionales de Estadística, que se reunieron más o menos cada dos años durante casi tres décadas a partir de la reunión de Bruselas de 1853. Su gran ambición, que resultó muy difícil en la práctica, era armonizar las categorías estadísticas para que los números podrían compararse entre fronteras nacionales. Sobre esta base, esperaba, las estadísticas revelarían las causas del crimen, la pobreza y las enfermedades, y mostrarían cómo combatirlas.

Entre los estadísticos, Quetelet fue inusual por su compromiso con la ciencia abstracta y las matemáticas. De hecho, había aprendido los métodos para analizar y gestionar los errores durante su visita al Observatorio de París, y fue muy libre al ofrecer consejos a sus colegas estadísticos sobre el papel indispensable de la teoría de la probabilidad para calcular la precisión de tasas y promedios. En la práctica, esto no fue fácil en su época, porque las muestras representativas o aleatorias del tipo asumido por la teoría de la probabilidad básica eran difíciles de conseguir. En la práctica, Quetelet se dedicó sobre todo a interpretar y popularizar las "leyes" de la estadística, la uniformidad en los números anuales de nacimientos, defunciones, delitos, etc. Estas regularidades, especialmente del crimen, habían sido impactantes cuando Quetelet las notó por primera vez en 1829 en un volumen de estadísticas judiciales francesas. Durante más de medio siglo, a los moralistas europeos les preocupaba que el comportamiento humano, incluido el comportamiento moral, pareciera estar controlado por la ley estadística, sin dejar espacio para la libertad personal. Quetelet pretendía ser conciliador, enfatizando que el comportamiento legal en el nivel de la sociedad todavía dejaba espacio para cierto grado de libertad en el nivel de los individuos.

Este principio, de que uno podía anticipar regularidades masivas incluso cuando las causas individuales eran bastante desconocidas, se convirtió en un modelo para el razonamiento estadístico en una variedad de ciencias. En la década de 1860, los físicos James Clerk Maxwell y Ludwig Boltzmann lo invocaron como apoyo para una teoría estadística de los gases, y Francis Galton se basó en él para sus estudios estadísticos de la herencia. Quetelet agregó un elemento más crucial a esta mezcla, la idea de que la variabilidad en la naturaleza y la sociedad a menudo estaba gobernada por la "curva de error" del astrónomo, conocida ahora como curva de campana o distribución normal. Era famoso por su confianza en los valores medios, personificados por su célebre "hombre medio", y para él, la curva de campana mostraba que las desviaciones de la media eran esencialmente un error. Pero para sus descendientes científicos, el análisis de la variación se volvió fundamental para el emergente campo matemático de la estadística.