Los bienes duraderos son productos tangibles que durarán más de un año con un uso normal. Los bienes duraderos comprenden dos categorías: bienes de consumo y de producción. Ejemplos de bienes de consumo duraderos son automóviles, barcos, muebles, televisores, electrodomésticos y joyería fina. Los bienes duraderos de productor o de capital incluyen maquinaria y equipo.
En la década de 1920, inmediatamente después de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), Estados Unidos fue testigo de una revolución de bienes de consumo duraderos. Los empresarios invirtieron drásticamente en instalaciones de producción de muchos tipos. Las nuevas plantas de fabricación hicieron posible una gran expansión en la producción de bienes duraderos, particularmente automóviles, refrigeradores, radios, lavadoras y aspiradoras. Las personas ya no restringieron sus gastos a la cantidad de efectivo que tenían a mano. Compraron a tiempo. Las empresas financieras se especializaron en ofrecer crédito a plazos y los compradores hicieron un amplio uso de la técnica para comprar bienes duraderos.
El papel de los bienes duraderos en el ciclo económico, los altibajos de la actividad empresarial en Estados Unidos son de suma importancia. La producción de bienes duraderos muestra una mayor variabilidad a lo largo del ciclo económico que la producción de otros bienes. Un automóvil es un artículo "caro" y dura varios años. Dado que es un bien duradero, su compra suele posponerse por períodos prolongados. La compra suele ser con dinero prestado que implica el pago de intereses. En una recesión, generalmente acompañada de altas tasas de interés, las compras de bienes duraderos caerán drásticamente. En contraste, durante una época de expansión con tasas de interés bajas, los bienes duraderos tienen una gran demanda. Por otro lado, la compra de bienes no duraderos, como pan, leche y cerveza, cambiará mínimamente durante el ciclo económico.
Las estadísticas clave, o indicadores, se utilizan para analizar y pronosticar cambios en el ciclo económico. El Producto Interno Bruto (PIB) es el valor de mercado de todos los bienes y servicios finales producidos dentro de un período de tiempo determinado. Un componente clave del PIB son los gastos de consumo personal, que incluyen los gastos en bienes duraderos. Los bienes duraderos por sí solos representaron aproximadamente el 8 por ciento del PIB en la década de 1990. El aumento del gasto en bienes duraderos contribuye a un pronóstico económico positivo, mientras que una disminución apunta a una desaceleración económica.