primer ministro de Suecia.
Sven Olof Joachim Palme, nacido en una familia de clase media bien establecida, perteneció a una generación de posguerra caracterizada por la cosmovisión polarizada de la Guerra Fría. De joven estudiante participó activamente en la escisión del movimiento estudiantil internacional dominado por los comunistas y participó en la creación de una organización alternativa pro-occidental. Al mismo tiempo, las actividades de los estudiantes internacionales le dieron una oportunidad temprana de viajar al Tercer Mundo, y las experiencias de Palme allí serían de gran importancia para su compromiso futuro con cuestiones geopolíticas.
Un año en una universidad en los Estados Unidos le dio a Palme una visión de la sociedad estadounidense y sus tradiciones intelectuales. Mantuvo contactos con círculos estadounidenses radicales y liberales hasta el final de su vida.
En 1953, a la edad de veintiséis años, Palme se convirtió en secretario político de Tage Erlander, primer ministro socialdemócrata de Suecia (1946-1969). Palme ganó rápidamente una gran importancia para Erlander como fuente de inspiración y como socio en el diálogo intelectual. Durante estos años, Palme tuvo motivos para ocuparse de un amplio espectro de temas y, por lo tanto, adquirió una educación general en política que le sería muy útil durante su futura carrera política.
Palme adquirió rápidamente la imagen de un joven del futuro. Fue nombrado ministro (sin cartera) en 1963. Fue ministro de Comunicaciones de 1965 a 1967 y ministro de Educación y Cultura en 1967. En 1969 fue elegido presidente del Partido Socialdemócrata y, simultáneamente, primer ministro.
Durante la década de 1960, el nombre de Palme estuvo cada vez más vinculado al compromiso con los asuntos internacionales, sobre todo debido a su actitud crítica hacia la guerra de Estados Unidos en Vietnam. Hizo su crítica más aguda en relación con el bombardeo estadounidense de Hanoi en Navidad de 1972, en un discurso que comparó el bombardeo con atrocidades como Guernica en España en 1937, Babi Yar y Treblinka durante la Segunda Guerra Mundial, y Sharpeville en Sudáfrica en 1960.
La política sueca de Vietnam provocó serias complicaciones en las relaciones diplomáticas de Suecia con Estados Unidos. Al mismo tiempo, Palme ganó la atención internacional. Palme tuvo contacto con muchas figuras culturales destacadas, periodistas y políticos radicales. Durante la década de 1970 se convirtió en un socio importante en el diálogo de líderes del Tercer Mundo. A través de su trabajo en la Internacional Socialista, Palme hizo importantes contribuciones al desarrollo de la socialdemocracia internacional en, entre otros lugares, Portugal.
A nivel nacional, los primeros años de Palme como primer ministro coincidieron con una era de radicalización social. Durante la primera mitad de la década de 1970, Suecia atravesó su período más completo de reformas sociales. Se destacó especialmente el compromiso de Palme en el tema de la igualdad entre los sexos, y muchas de las reformas de la década de 1970 se referían a las políticas familiares y las oportunidades del mercado laboral de las mujeres. Al mismo tiempo, Palme mostró astucia política y táctica. La base electoral de la socialdemocracia se fue reduciendo constantemente a lo largo de la década de 1970. No obstante, Palme logró mantenerse en el poder hasta 1976, cuando los socialdemócratas se vieron obligados a oponerse por primera vez desde la década de 1930. El partido volvió al poder en 1982, sin embargo, con Palme nuevamente como primer ministro. Para entonces, el radicalismo de los sesenta y setenta había sido reemplazado por el neoliberalismo de los ochenta, y Palme no siempre se sintió del todo en casa en el nuevo clima político.
Palme continuó dedicando una parte significativa de sus energías políticas a las cuestiones internacionales. Estableció la Comisión Palme, una comisión de expertos independientes sobre cuestiones de desarme y seguridad. Algunas de las sugerencias de política de la comisión se volvieron irrelevantes cuando terminó la Guerra Fría a principios de la década de 1990. Palme también fue designado mediador de Naciones Unidas en el conflicto entre Irán e Irak, pero su trabajo no condujo a los resultados esperados.
El 28 de febrero de 1986, Olof Palme fue asesinado a tiros en una calle de Estocolmo. El asesinato despertó fuertes pasiones y, en retrospectiva, se ha caracterizado como un trauma nacional. La muerte de Palme coincidió con grandes cambios en los valores políticos e ideológicos, lo que ha llevado a que en ocasiones se la considere un símbolo del fin del modelo sueco. La investigación fue muy mal manejada y nadie pudo estar vinculado al asesinato, lo que dio lugar a extensas especulaciones y teorías de conspiración.
Olof Palme fue la principal personalidad política de la posguerra de Suecia. Sus fuertes sentimientos políticos y su compromiso se combinaron con una amplia experiencia, una habilidad táctica significativa y un gran talento retórico. También fue controvertido y provocó fuertes sentimientos. La oposición política lo presentó como un político de confrontación, y en círculos conservadores se habló de la existencia de un palpable odio hacia Palme, que desde entonces ha disminuido. Aunque también existían críticas dentro del Partido Socialdemócrata, la tendencia dominante era unirse en apoyo personal a Palme.