Montejo, esteban

26 de diciembre 1860
Febrero

Esteban Montejo nació como esclavo en una plantación en la región de Las Villas de Cuba (ahora provincia de Sancti Spíritus). Montejo rápidamente se dio cuenta de las limitaciones de su estatus y optó por la peligrosa existencia de un cimarrón, o esclavo fugitivo. Casi un siglo después, en 1963, a la edad de 103 años, Montejo narró la historia de su vida al antropólogo cubano Miguel Barnet. Barnet publicó la entrevista en 1966 como Biografía de un cimarrón (Biography of a Runaway Slave). Desde entonces, el relato de Montejo ha servido como una de las pocas narrativas de la Cuba del siglo XIX contada desde la perspectiva de un ex esclavo. Montejo describe un momento destacado en la historia de Cuba, la transición de la esclavitud al trabajo asalariado. Su historia también ilustra las complejidades y matices de un joven afrocubano que llegó a la mayoría de edad durante las guerras de independencia de Cuba. Al comienzo de la primera guerra revolucionaria, en 1868, Montejo tenía ocho años. En consecuencia, los treinta años de lucha, que finalmente terminaron con la independencia de España en 1898, moldearon e influyeron en la forma en que Montejo se imaginaba tanto a la nación cubana como a sí mismo.

La esclavitud separó a Montejo de sus padres biológicos a una edad temprana, y lo dejaron crecer sin familia inmediata en la plantación Flor de Sagua. Su primer trabajo fue como arriero; comenzó a trabajar en la sala de enfriamiento de un ingenio azucarero cuando tenía unos diez años. En un par de años, intentó escapar, pero fue capturado y obligado a llevar grilletes en los pies como castigo. Sin embargo, el deseo de libertad de Montejo superó sus temores de ser atrapado y volvió a escapar unos años después. Logró permanecer libre, aunque escondido, hasta que España abolió la esclavitud en 1886. La emancipación permitió a Montejo renunciar a su vida como cimarrón, sin embargo, rápidamente se enteró de que poco había cambiado. Como cortador de caña en varias plantaciones de azúcar después de la emancipación, Montejo experimentó las limitadas opciones disponibles para los afrodescendientes recién liberados. Capacitados para poco más que cosechar caña, muchos ex esclavos continuaron viviendo y trabajando en las mismas condiciones duras que tenían antes de la abolición.

Montejo sirvió en las fuerzas revolucionarias durante las guerras cubanas por la independencia. Se alistó en un regimiento en la región oriental de la isla en 1895, a la edad de treinta y cinco años. Luchó bajo el liderazgo de dos destacados generales afrocubanos, Antonio Maceo y Quintín Banderas, en la batalla de Mal Tiempo, y destacó la gran cantidad de negros involucrados en la rebelión. Para Montejo, la participación afrocubana en la guerra demostró una sincera inversión en la nación y justificó las demandas de los afrocubanos por la igualdad de derechos. Sin embargo, cuando Montejo llegó a La Habana poco después de que terminaran los combates, descubrió que algunos cubanos blancos querían negar el papel que habían jugado los negros en el campo de batalla para limitar la influencia afrocubana en el nuevo gobierno. Decepcionado por el desenlace de la guerra y con un solo peso en el bolsillo, Montejo regresó a Las Villas. Durante el resto de su vida, se mantuvo trabajando como jornalero en varios trabajos ocasionales, incluidos puestos en un ingenio azucarero, como subastador y como vigilante nocturno. Cuando Barnet entrevistó a Montejo en 1963, vivía en un asilo de ancianos, donde murió en 1973 a la edad de 113 años.

Véase también Afrocubanismo; Maceo, Antonio

Bibliografía

El niño, Miguel. Biografía de un esclavo fugitivo. Traducido por W. Nick Hill. Willimantic, Conn: Curbstone, 1994.

devyn m. Spence (2005)