25 de junio de 1840
ABRIL de 1895
Guillermo Moncada, también conocido como Guillermón, fue un oficial negro de alto rango en las fuerzas revolucionarias durante las tres guerras de independencia de Cuba contra España (1868–1878, 1879–1880, 1895–1898), luchas en las que los problemas de esclavitud y raza la igualdad ocupaba un lugar destacado. Nació en la ciudad de Santiago de Cuba de una mujer libre de color, y en su juventud se formó como carpintero. La tradición oral sostiene que incluso antes del inicio de la lucha por la independencia, Moncada había manifestado su antipatía por el dominio colonial durante las festividades anuales de carnaval de la ciudad, ya que pertenecía a un grupo de carnaval que celebraba los esfuerzos de los cimarrones para liberar a los esclavos de las plantaciones en la zona. .
Moncada se unió al movimiento independentista armado en noviembre de 1868, aproximadamente un mes después del inicio del conflicto. En enero de 1870 ostentaba el grado de capitán. Cuando la mayoría de los insurgentes cubanos aceptó el Tratado de Zanjón en 1878, Moncada formaba parte de un grupo disidente de rebeldes, encabezados por el general mulato Antonio Maceo (1845-1896), quien repudió el tratado, argumentando que no se rendirían hasta que el rebelde se cumplieron las demandas de abolición de la esclavitud y de independencia de la isla. El estado colonial, sin embargo, concedió solo reformas políticas moderadas y promulgó solo una abolición limitada, liberando solo a aquellos esclavos que habían servido en el ejército rebelde o colonial durante el conflicto.
Durante la segunda guerra de independencia, el Guerra Chiquita, o Pequeña Guerra: Moncada llegó a ocupar uno de los puestos de más alto rango entre las fuerzas rebeldes activas en la isla. Sin embargo, los diez años anteriores de guerra y la concesión de reformas políticas por parte de España llevaron a muchos cubanos a rechazar este segundo llamado a las armas. Además, importantes líderes blancos de la primera insurgencia todavía estaban en el exilio como parte del asentamiento de la primera guerra. Pero si el apoyo blanco parecía más débil que en la Guerra de los Diez Años, este nuevo esfuerzo fue inmediatamente acogido por los esclavos, que habían visto liberados a sus compañeros que habían huido para unirse a la primera insurgencia liberada, y por personas de color libres. La alta proporción de seguidores negros llevó a los funcionarios coloniales y sus aliados cubanos a denunciar el movimiento como una guerra racial destinada a establecer una república negra. Como uno de los principales líderes del esfuerzo militar, Moncada se convirtió en blanco de rumores y denuncias racistas. Fue acusado de violar a las mujeres blancas y mantenerlas en harenes; y se decía que se había proclamado emperador. El propio Moncada desmintió los rumores, refutando que la guerra fue una lucha "por la libertad, nuestros derechos y, en una palabra, por la independencia de nuestro querido país". Fue uno de los últimos líderes rebeldes en rendirse en junio de 1880, cuando encabezó una fuerza de 370 seguidores, la gran mayoría de los cuales eran personas de color, incluidos 168 esclavos fugitivos.
En el largo interregno entre el fin de las hostilidades en 1880 y el inicio de la tercera rebelión en toda regla contra España en 1895, Moncada pasó algún tiempo en prisión, donde contrajo tuberculosis. Cuando comenzó la guerra en febrero de 1895, asumió el grado de general de división al frente del ejército en el sur de Oriente. Sin embargo, murió de tuberculosis mientras dirigía sus tropas en abril de 1895.
Hasta el día de hoy, Moncada es considerado una figura militar importante en la lucha por la independencia de Cuba. En 1953, cuando Fidel Castro lanzó su ofensiva contra Fulgencio Batista, lo hizo atacando al ejército cubano en la instalación militar más grande fuera de La Habana, el Cuartel Moncada en Santiago de Cuba, nombrado en honor al general negro.
Véase también Maceo, Antonio
Bibliografía
Diccionario enciclopédico de historia militar de Cuba, volumen 1, Biografías. La Habana: Ediciones Verde Olivo, 2001.
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Fin de semana, Aline. Nuestra parte legítima: la lucha afrocubana por la igualdad, 1886-1912. Chapel Hill: Prensa de la Universidad de Carolina del Norte, 1995.
No Ferrer (2005)