Konrad witz

Konrad Witz (ca. 1410-1446) fue el primer pintor alemán en representar un espacio y un paisaje tridimensionales completamente desarrollados que son topográficamente reconocibles. Sus figuras tienen una monumentalidad y un poder hierático.

Konrad Witz nació en el pueblo de Rottweil en la Selva Negra. Fue a Basilea, presumiblemente atraído por el gran concilio de la Iglesia en curso desde 1431. Entró en el gremio de pintores de Basilea en 1434. Al año siguiente se convirtió en ciudadano. En 1441-1442, Witz recibió un pago por las pinturas que realizó para la ciudad y compró una casa en 1443. Murió en 1446.

El destino ha sido cruel con las tres empresas principales de Witz, todos originalmente retablos compuestos por muchos paneles, ya que ninguno está intacto hoy. El primer trabajo seguro es el Retablo Espejo de la Salvación (ca. 1435), una aglomeración de paneles que representan escenas del Antiguo Testamento y la historia romana que prefiguran la salvación del hombre, por ejemplo, las escenas de Antípatro antes de César, la reina de Saba antes de Salomón y el emperador Augusto y la sibila tiburtina. La pieza central perdida fue probablemente el Nacimiento de Cristo, señalando la redención del hombre. La última obra importante conocida de Witz, firmada y fechada en 1444, fue la Retablo de San Pedro para una capilla en la Catedral de Ginebra. Solo las alas, que comprenden ocho escenas, existen hoy. Probablemente entre estos dos retablos, en la vida creativa del artista de apenas 12 años, se encuentran tres grandes cuadros que pueden haber formado parte de un retablo de la Virgen. Originalmente estaba en el convento dominicano de Basilea, y los paneles ahora están dispersos.

De principio a fin, el principal objetivo artístico de Witz fue presentar la ilusión de la forma plástica. Lo logró mediante contrastes de colores brillantes, una fuerte luz de modelado que hace que las figuras y objetos simplificados arrojen sombras fuertes y el uso de entornos arquitectónicos severos. Sus figuras aparecen así como actores en un escenario. Rechonchas en proporción, con cabezas y manos grandes, estas figuras se mueven de forma torpe pero convincente; y para fomentar la ilusión, Witz imaginó a antiguos dignatarios como César y Salomón como seres humanos hogareños, una sibila como un ama de casa robusta. La convicción del maestro de la fuerza de su técnica le permitió trascender sus limitaciones.

El estilo de Witz es memorable porque nace de la franqueza y la sinceridad. Esta combinación de ingenuidad y sofisticación se ve en su cuadro más memorable, el Proyecto milagroso de peces, de la Retablo de San Pedro, donde el Mar de Galilea se convierte en una porción realista del lago de Ginebra, con la montaña Môle en la distancia, como apareció en los días del artista. Como tal, la pintura es un hito en la historia de la pintura de paisaje occidental.

Otras lecturas

Una excelente discusión sobre la vida y obra de Witz se encuentra en Hanspeter Landolt, Pintura alemana: Baja Edad Media, 1300-1500 (1968). Los comentarios más breves están en Pierre Descargues, Pintura alemana de los siglos XIV al XVI (1958) y Horst Vey y Xavier de Salas, eds., Arte alemán y español hasta 1900 (1965). □