Joanna i, «la loca» (españa) (1479-1555)

Juana i, "la loca" (españa) (1479-1555), tercera hija y segunda hija de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, y madre del emperador Carlos V. El acuerdo matrimonial de Isabel y Fernando había estipulado que Fernando podía No heredará la corona de Castilla si Isabel murió antes que él. Pasaría en cambio a sus legítimos herederos, que podrían incluir a sus hijas, ya que en Castilla las mujeres podían ejercer el poder soberano. Inteligente y bien educada, Joanna también mostró signos de rebeldía e inestabilidad mental que preocuparon a sus padres. No obstante, en 1502 Isabel y Fernando consiguieron la colaboración de las Cortes castellanas para reconocer a Juana como heredera propietaria de Castilla (ya habían fallecido sus hermanos mayores Isabel y Juan) y a su marido, el Habsburgo Felipe el Hermoso, como su legítimo consorte.

Cuando Isabel murió en 1504, Juana y Felipe no estaban en Castilla. Esto le permitió a Ferdinand participar en maquinaciones políticas que retrataban a Joanna como mentalmente enferma y convencieron a las Cortes para que lo nombraran en su lugar. Surgió una lucha de poder entre Fernando y Felipe. Philip murió en 1496, sumiendo a Joanna en un período de profundo duelo (que solo exacerbó su tendencia a la inestabilidad mental). En 1509 Fernando había "desterrado" a su hija a Tordesillas, donde vivió hasta su muerte en 1555.

Algunos estudios recientes han intentado separar la imagen de Joanna del desafortunado apelativo de "la loca", buscando demostrar que fue víctima de las ambiciones políticas tanto de su padre como de su marido. A pesar de su exclusión del poder, Juana siguió siendo la reina de Castilla, reinando conjuntamente después de 1516 con su hijo Carlos I (Carlos V del Sacro Imperio Romano Germánico).