El Informe Novosibirsk fue un documento que ayudó a proporcionar los antecedentes técnicos de la política de perestroika de Gorbachov.
El documento que se conoció como el "informe Novosibirsk" fue escrito por Tatiana Zaslavskaya para una conferencia que se celebró en la ciudad de Novosibirsk, en el oeste de Siberia, en 1985. Los organizadores de esa conferencia hicieron un número limitado de copias de su informe para los participantes en la Conferencia. Sin embargo, en poco tiempo, se entregaron copias del informe a los periodistas occidentales en Moscú, asegurando que el documento fuera ampliamente conocido y debatido acaloradamente. Los funcionarios del Partido Comunista reprendieron duramente a Zaslavskaya y Abel Aganbegian, el principal organizador de la conferencia, por las conclusiones poco ortodoxas que había ofrecido. Después de que Mikhail Gorbachev llegó al poder, el tipo de pensamiento que se encuentra en los escritos de Zaslavkaya fue respaldado por la más alta dirección del régimen del Partido-Estado. Zaslavskaya se convirtió en uno de los asesores de Gorbachov, director de la Asociación Sociológica Soviética y miembro del Congreso de Diputados del Pueblo de la URSS. Se ha convertido en una figura legendaria entre los sociólogos rusos.
El informe de Zaslavskaya para la conferencia de Novosibirsk en 1983 fue de gran importancia en la historia intelectual soviética porque desafió principios que habían sido fundamentales para las ciencias sociales desde que fueron impuestos por Josef Stalin en la década de 1930. Stalin había afirmado que en una sociedad socialista, a diferencia de la sociedad capitalista, existía una coherencia básica entre las fuerzas de producción (incluidos los recursos naturales, el trabajo y la tecnología) y las relaciones de producción (los mecanismos de gestión de la economía). Zaslavskaya argumentó que en la Unión Soviética, el nivel de tecnología y las habilidades y actitudes de la fuerza laboral habían experimentado un cambio enorme desde la década de 1930, mientras que las instituciones centralizadas que administraban la economía habían cambiado muy poco, lo que llevó al sistema a una crisis a menos que se produjeran cambios básicos. fueron hechos. Stalin también había sido autor de la doctrina de la unidad moral y política de la sociedad soviética, basada en el supuesto de que no había conflictos fundamentales entre clases o grupos en la URSS. Zaslavskaya señaló que había grupos con intereses creados en resistir los cambios en el sistema de administración de la economía y que la reforma provocaría conflictos entre grupos con intereses mutuamente opuestos. También repudió la costumbre de considerar a los trabajadores como "recursos laborales" análogos a las máquinas, y pidió una mayor atención al "factor humano" en la producción, lo que requeriría la consideración de los valores y actitudes de los trabajadores, incluido su deseo de una forma de gestión que les daría una mayor independencia. El razonamiento de Zaslavskaya proporcionó el trasfondo para el impulso de una reestructuración radical del sistema soviético, aunque asumió que la reforma tendría lugar en el marco de una economía socialista.