Fotografía, militar. Desde su invención en 1839, la fotografía ha tenido un número creciente de usos militares. Tanto la fotografía fija como la cinematográfica documentan el combate, proporcionan inteligencia militar y datos topográficos, ayudan al entrenamiento militar y ayudan a cartografiar el terreno. El primer uso registrado de la fotografía para temas militares fue una serie de daguerrotipos de la Guerra México-Estadounidense de 1846-1848. Las revistas populares utilizaron los daguerrotipos, tomados durante las pausas del campo de batalla, para ilustrar sus relatos de la acción. Durante la Guerra de Crimea (1854–1856), el inglés Roger Fenton se convirtió en la primera persona en fotografiar escenas del campo de batalla bajo fuego. Debido al equipo voluminoso y los materiales fotográficos lentos, solo podía fotografiar paisajes y retratos.
La mayoría de las fotografías de la Guerra Civil estadounidense, como las de Mathew Brady y sus ayudantes, fueron
tomada para una audiencia principalmente civil, aunque las fuerzas de la Unión intentaron en al menos una ocasión, en 1862, tomar fotografías aéreas desde un globo. Debido a limitaciones técnicas, la fotografía capturaba principalmente imágenes de los muertos y las ruinas del campo de batalla; Algunas imágenes mostraban batallas reales. La fotografía en la guerra hispanoamericana de 1898 también tenía el objetivo principal de informar al público en general.
La Primera Guerra Mundial fue testigo del reconocimiento militar de la utilidad y las mejoras tecnológicas de la fotografía. En 1915, los británicos en Neuve-Chapelle, Francia, utilizaron fotografías aéreas para preparar mapas de trincheras de las líneas enemigas. Al final de la guerra, cada una de las potencias rivales tomaba miles de fotografías aéreas diariamente con fines de inteligencia, y el arte de la interpretación de fotografías se convirtió en una importante habilidad de inteligencia. Aunque las limitaciones de los aviones restringieron el uso de la fotografía aérea, los nuevos obturadores de alta velocidad, las lentes mejoradas y los materiales sensibles a la luz dieron lugar a grandes avances en las fotografías aéreas reales. La fotografía también asumió nuevos roles militares no relacionados con el campo de batalla en sí, ya que ambos lados comenzaron a usar películas para entrenamiento y adoctrinamiento y para información y propaganda doméstica.
Entre las guerras mundiales, los especialistas militares, en particular el general George W. Goddard, facilitaron el avance técnico de la fotografía militar. El desarrollo de lentes con distancias focales más largas, equipos de procesamiento de alta velocidad, cámaras de secuencia y películas infrarrojas y en color hicieron que la fotografía fuera más flexible y útil para el ejército. También se empezaron a utilizar películas cinematográficas, principalmente con fines formativos y documentales. Un ejemplo del uso defensivo en tiempos de paz de la fotografía militar se encuentra en la sofisticada fotografía durante los vuelos de reconocimiento a gran altura sobre Cuba en 1962, que detectó los preparativos para la llegada e instalación en Cuba de misiles nucleares soviéticos.
La fotografía de satélites que giran alrededor de la Tierra es uno de los últimos avances tecnológicos para uso militar. Estados Unidos lanzó su primer satélite, el Explorer 1, sólo cuatro meses después de que la Unión Soviética lanzara el Sputnik el 4 de octubre de 1957. La tecnología se desarrolló rápidamente y, para el año 2000, más de 2,200 satélites, muchos de ellos militares, daban vueltas alrededor de la Tierra. Además de los satélites espías que proporcionan una serie de diferentes tipos de imágenes fotográficas para consumo militar, los militares también han utilizado satélites desde 1986 como parte del Sistema de Posicionamiento Global (GPS), que permite a los usuarios localizar su ubicación en cualquier parte del mundo. La mayoría de los receptores GPS, que han estado disponibles comercialmente desde 1990, proporcionan una ubicación dentro de los quince metros de la ubicación real; Los usuarios militares con licencia, sin embargo, pueden obtener con precisión su posición precisa dentro de un metro o menos.
Bibliografía
Goddard, George W. Resumen: una aventura para toda la vida en fotografía aérea. Garden City, Nueva York: Doubleday, 1969.
Newhall, Beaumont. La historia de la fotografía desde 1839 hasta la actualidad. Nueva York: Museo de Arte Moderno, 1982.
Steinberg, Gerald M. Reconocimiento de satélites: el papel de la negociación informal. Nueva York: Praeger, 1983.
Richard A.Cazar/cw