La Edad Media es una designación para el período medieval, generalmente en un sentido despectivo. En su aplicación más amplia, el término abarca la época de los siglos VI al XV. Los humanistas del Renacimiento fueron responsables del concepto de Aevo medio (por ejemplo, Flavio biondo), por lo que entendieron un intervalo insignificante durante el cual la literatura clásica fue totalmente descuidada. Contrastaron su propio interés apasionado por el hombre como hombre con las especulaciones ocasionalmente vanas de la filosofía medieval tardía, su propio antropocentrismo con el supuesto teocentrismo —desgraciadamente, al medievalista generalmente más aparente que real— del hombre medieval. Incluso Martín Lutero consideró que la Edad Media no tenía ningún valor para el cristianismo en sí, insistiendo en la necesidad de volver a sus fuentes, libre de adulteraciones medievales.
Los siglos XVII y XVIII continuaron el ataque a la Edad Media como parte de la controversia religiosa, intensificada por la Ilustración, el Modernismo y los movimientos nacionalistas, como el Risorgimento y la Kulturkampf. El romanticismo, con su insistencia en el retorno a los orígenes nacionales, ayudó a abrir el período medieval a un estudio serio con los resultados más felices. La investigación histórica científica descubrió los ricos desarrollos de la Edad Media en los campos de la tecnología (por ejemplo, el arado con ruedas, el collar y herradura de caballo, el movimiento de manivela y el jabón); filosofía (escolasticismo); literatura, tanto latina como vernácula; arte (románico y gótico); y música (canto gregoriano, organum y contrapunto). La evidencia del desarrollo en la alta Edad Media de instituciones políticas, educativas y económicas perdurables de una modernidad tan aparente como el gobierno constitucional, el sistema de jurados, la educación universitaria y la banca ha hecho que algunos académicos restablezcan los límites de la Edad Media (p. Ej., Siglos V al XI en FL Cross, El Diccionario Oxford de la Iglesia Cristiana [Londres 1957] 373), y han llevado a otros a decir que "los seis siglos que siguieron al colapso del Imperio Romano son ... oscuros debido a la insuficiencia de evidencia histórica" (FM Stenton). El término podría aplicarse de manera menos inapropiada al período caótico que siguió a las invasiones germánicas (376-568), que acentuó un marcado declive económico, social y cultural que ya había comenzado en el siglo III. Aun así, el estudio de MLW Laistner de los años 500 a 900 revela un período de actividad intelectual incesante, si no universal.
Bibliografía: a. paloma, "La disputa sobre la Edad Media", Revista histórica 116 (1916) 209-230. pags. lehmann, De la Edad Media y de la Filología Latina de la Edad Media (Munich 1914); Exploración de la Edad Media, 4 v. (2ª ed. Stuttgart 1959-61). mlw laistner, Pensamiento y letras en Europa occidental, 500 a 900 d.C. (2a ed. Nueva York 1957), pássim. h. Wolter Léxico de Teología e Iglesia, ed. j. hofer y k. rahner, 10v. (d, nueva ed. Freiburg 1957–65) 9: 206–207.
[cm aherne]