Dioses de guerra y rituales

Dioses de la guerra. La noción de que los dioses sancionaban las guerras era una creencia muy extendida en África Occidental. Varias comunidades tenían deidades especiales responsables de la guerra. Por ejemplo, Adzobo es la divinidad de la guerra entre los Fon-Ewe de la nación moderna de Benin. Para los Yorubas, Ogun, un dios menor asociado con el hierro, es el dios patrón de los guerreros. La valentía de Ogun está simbolizada por la víbora que lleva, y se esperaba que los guerreros yoruba emularan la valentía de Ogun en la batalla. En las partes de África occidental donde se reconocía a los dioses de la guerra, los guerreros designados con frecuencia llevaban emblemas y símbolos de estas deidades en el campo de batalla. Incluso donde no había dioses específicos de la guerra, se pensaba que ciertos líderes políticos estaban imbuidos de poderes mágicos que usaban para su ventaja en la guerra.

Rituales. Antes de que los soldados partieran para la batalla, propiciaron a los dioses de la guerra y a los antepasados ​​en general, con la esperanza de obtener sus bendiciones. Algunos estados tenían sacerdotes especiales que median entre los gobernantes y las fuerzas ocultas del universo con la intención de asegurar el éxito militar. Las oblaciones eran un medio popular de buscar la intervención de fuerzas sobrenaturales en el campo de batalla. La sociedad Manes construyó aldeas especiales exclusivamente para mujeres que fabricaban "medicinas" para la guerra. Los rituales también fueron importantes para la guerra y el control político en África Occidental. La gente consultaba a adivinos y oráculos para obtener predicciones sobre el resultado de las batallas. A veces, las consultas espirituales se utilizaron para determinar el día y la hora ideales para lanzar un ataque o para decidir estrategias militares. Muchos estados de África Occidental también realizaron rituales al final de las operaciones militares, reconociendo la ayuda de los dioses de la guerra y otras fuerzas místicas.

Danza marcial y música. La danza y la música de guerra fueron fundamentales para la cultura militar en África Occidental, enfatizando el cultivo del espíritu de cuerpo entre los soldados. Adzohu es una danza de guerra sagrada de los Fon-Ewe. El Djung Djung era un tambor de guerra especial utilizado por el Darnel de Cayor. Se compusieron himnos de batalla como el Jonjon (gloria al guerrero) para cultivar la camaradería entre los guerreros. Los bardos cantaban con frecuencia canciones de alabanza a los héroes militares. Los tambores y las canciones de guerra ensalzaban la habilidad, la valentía y la destreza militar de los antepasados. Estas canciones y rituales enseñaron a los jóvenes soldados a emular la valentía y la caballerosidad de los héroes del pasado. Los cantos y bailes de guerra, junto con los desfiles militares, también crearon oportunidades para que la comunidad expresara su gratitud a sus valientes combatientes. La cultura militar incluía la preparación de los guerreros para la batalla y un período de interrogatorio después de cada conflicto para facilitar la transición de regreso a la vida civil.