Dinastía Ming (1368-1644): comercio exterior

Sistema de tributo. Con el tiempo, el gobierno chino desarrolló un mecanismo conocido como "sistema de tributos" para tratar con el mundo exterior. Bajo este sistema, un estado tributario aceptaba su estatus de vasallo a los chinos y se le requería intercambiar enviados y obsequios, monitorear el comercio exterior y manejar las relaciones diplomáticas. Académicos como John K. Fairbank han argumentado que, en lugar de ser un "imperialismo agresivo", el sistema de tributos era "una expresión defensiva del culturalismo". Para mantener relaciones con China, un país extranjero tenía que aceptar los términos chinos y reconocer la supremacía de la civilización china y sus emperadores. Aunque se desarrolló una relación asimétrica entre China y el estado tributario, este último aún se benefició en términos de un mayor comercio (en forma de obsequio

intercambios), inspiración cultural y protección militar del gobierno chino en tiempos de necesidad.

Expediciones Marítimas. Uno de los principales medios emprendidos para expandir los contactos extranjeros durante la dinastía Ming fue una serie de siete grandes expediciones marítimas, que se extendieron desde 1405 hasta 1433, dirigidas por un eunuco musulmán llamado Zheng He (Cheng Ho). La primera expedición estuvo tripulada por 28,000 marineros a bordo de 62 o 63 barcos grandes y 255 barcos más pequeños. Los viajes posteriores fueron similares en escala; llegaron no sólo a las naciones del sudeste asiático, sino también a la costa india, el golfo Pérsico y la costa este de África. Estos viajes sin precedentes revelan el desarrollo avanzado de la construcción naval china y las habilidades de navegación. Las flotas de Zheng He incluían barcos de más

de cien metros de eslora, con cuatro cubiertas y una docena de compartimentos estancos. Estos enormes barcos estaban propulsados ​​por velas colgadas de múltiples mástiles. Guiados por brújulas, los navegantes utilizaron direcciones de navegación precisas.

Importancia expedicionaria. Los propósitos iniciales de estas expediciones imperiales eran demostrar la gloria y la fuerza del gobierno Ming e incorporar a los estados del sur y sureste de Asia en el sistema de tributos. Estos viajes demostraron con éxito la vitalidad militar y política del régimen y llevaron a muchos enviados extranjeros a la corte china. Además de los estados tributarios tradicionales de Vietnam y Siam, se incorporaron al sistema unos cincuenta estados más. Aparte de los motivos diplomáticos y políticos, estos viajes también sirvieron para estimular un importante comercio exterior. Los barcos transportaban seda china, textiles, loza y monedas de cobre a áreas de Asia que habían deseado estos productos durante siglos. A cambio, se importaron animales y objetos exóticos de estas tierras extranjeras. Los animales divirtieron mucho al emperador y a los funcionarios de la corte. Por ejemplo, las jirafas traídas a Beijing deleitaron particularmente al gobernante. Aunque la corte no inició las expediciones por sus beneficios comerciales, estos viajes atrajeron más la atención de personas de diferentes tierras hacia los productos chinos.

Anticomercialismo Ming. Los estudiosos han especulado sobre las causas de la repentina terminación de estos viajes. Una razón obvia fue el gran costo, porque se emprendieron cuando la dinastía Ming todavía estaba haciendo campaña contra los mongoles y construyendo Beijing. Otra razón ampliamente aceptada se centra en el liderazgo de la empresa. El hecho de que los viajes fueran dirigidos por un eunuco de la corte antagonizó a los académicos-funcionarios chinos, que en general se oponían a la invasión del poder y la influencia chinos por parte de tales hombres. La fuerza más profunda contra las expediciones marítimas, sin embargo, residía en el tradicional anticomercialismo de los chinos, que se convirtió en la política oficial de Ming. La economía agraria en China dictaba que el gobierno Ming recibiera más ingresos de los impuestos territoriales que del comercio. El predominio de la ortodoxia neoconfuciana en el período Ming fortaleció el desprecio oficial del comercio. Además, la estrategia de defensa del gobierno priorizó a los mongoles como el principal enemigo y, en consecuencia, el gobierno centró su defensa en la frontera noroeste en lugar de en las costas sureste.