Declaración de las causas y necesidades de la toma de armas. 6 de julio de 1775. La Declaración fue uno de varios discursos emitidos por el Congreso para justificar la necesidad de la resistencia armada. El 23 de junio, el Congreso nombró un comité formado por John Rutledge, William Livingston, Benjamin Franklin, John Jay y Thomas Johnson para redactar un discurso para que George Washington leyera al ejército continental que asediaba Boston. El proyecto se debatió el 24 de junio y se pospuso el 26 de junio. Luego, el Congreso agregó a John Dickinson y Thomas Jefferson al comité. El segundo borrador fue el trabajo conjunto de Dickinson y Jefferson. El Congreso adoptó ese borrador el 6 de julio, el día después de aceptar la Petición Olive Branch de Dickinson.
El corazón del documento está en estas líneas:
Nos vemos reducidos a la alternativa de elegir la sumisión incondicional a la tiranía de ministros irritados o la resistencia por la fuerza. Esta última es nuestra elección. Hemos calculado el costo de este concurso y no encontramos nada tan terrible como la esclavitud voluntaria…. Nuestra causa es justa. Nuestra unión es perfecta. Nuestros recursos internos son grandes y, si es necesario, la ayuda exterior es sin duda alcanzable…. Con el corazón fortalecido con estas animadas reflexiones, declaramos solemnemente, ante Dios y el mundo, que, ejerciendo la máxima energía de esos poderes, que nuestro benefactor Creador nos ha otorgado graciosamente, las armas que nuestros enemigos nos han obligado a asumiremos, desafiando todo riesgo, con firmeza y perseverancia inquebrantables, los emplearemos para la preservación de nuestras libertades; estar con una mente resuelta a morir hombres libres en lugar de vivir esclavos.