Los deportes profesionales y universitarios importantes continuaron creciendo en popularidad durante la década y continuaron siendo generosamente pagados por programadores de televisión deseosos de atraer una audiencia. La televisión se volvió fundamental para los deportes, ya que proporcionó el dinero que hizo posible los enormes salarios o, en el mundo universitario, permitió que los principales programas de fútbol y baloncesto construyeran instalaciones de vanguardia para sus atletas. Los deportes televisados recibieron un gran impulso durante la década de 1980 con la creciente popularidad de la estación de televisión por cable ESPN, que jugó un papel importante en la popularización de una variedad de deportes. Incluso los Juegos Olímpicos cayeron bajo el hechizo del dinero de la televisión; ABC pagó un récord de 225 millones de dólares para transmitir los juegos de verano de 1984 en Los Ángeles.
No todos apreciaron el papel que desempeñaba la televisión en los deportes. Un crítico afirmó que la televisión "ayuda a convertir a sus héroes en fanáticos de los codiciosos dinero. Incluso modifica y distorsiona la forma en que se juegan los deportes". Los atletas ya no se quedaron con un equipo durante años; en cambio, saltaron de un equipo a otro a medida que recibían ofertas por más dinero. El hecho de que muchos atletas profesionales y universitarios estuvieran involucrados en escándalos de uso de drogas en la década también ayudó a arruinar la imagen del atleta como modelo a seguir.
El béisbol profesional en la década de 1980 sufrió una serie de problemas, incluyendo la huelga de un jugador, acusaciones de uso de drogas y el escándalo de apuestas de Pete Rose (1941–) que vio a la ex estrella de los Rojos de Cincinnati excluida del juego. La National Football League (NFL) también estuvo plagada de dos strikes en la década de 1980. Una historia más notable en el fútbol fue el fin de la dominación del Super Bowl por parte de los equipos de la Conferencia de Fútbol Americano (AFC). A partir de 1985, los equipos de la Conferencia Nacional de Fútbol Americano (NFC) dominaron el juego, gracias a las sólidas actuaciones de los Washington Redskins, los San Francisco 49ers, los Chicago Bears y los New York Giants, y al colapso casi anual del Super Bowl de los Denver Broncos, que perdió el Super Bowl en 1987, 1988 y 1990.
El baloncesto profesional se recuperó de su caída en la década de 1970 gracias al juego enérgico de las estrellas emergentes Larry Bird (1956–) de los Boston Celtics y Earvin "Magic" Johnson (1959–) de Los Angeles Lakers. Johnson llevó a los Lakers a ocho series de campeonatos en la década, y el equipo ganó cinco de ellas. Desafiando a los Lakers por el dominio estaban los Celtics y, a fines de la década, el "chico malo" Detroit Pistons, liderado por el base Isiah Thomas (1961–). El baloncesto universitario se convirtió en una obsesión nacional en la década de 1980, gracias en gran parte a la popularidad de la serie de playoffs del campeonato conocida como "March Madness".
El hockey profesional contó con el asombroso Wayne Gretzky, "el Grande". Electrificó la Liga Nacional de Hockey, llevando a sus Edmonton Oilers a cuatro Copas Stanley. Mientras tanto, la World Wrestling Federation explotó en popularidad, al igual que juegos como Trivial Pursuit, Rubik's Cube y el videojuego Pac-Man.