Daisy mae bates

Daisy Mae Bates (1861-1951) fue una trabajadora social entre los aborígenes australianos. Una de las primeras europeas en ganarse su confianza, compiló una colección única de material sobre ellos.

Daisy Bates nació como Daisy O'Dwyer Hunt en Ballychrine, Tipperary, Irlanda. Tras la muerte de su madre, se crió en la familia de Sir Francis Outram, un oficial retirado del Servicio Civil de la India. En 1884 emigró a Australia por motivos de salud, y en Bathurst, Nueva Gales del Sur, conoció y se casó con John Bates. Regresó a Gran Bretaña en 1894 y se dedicó al periodismo, pero en 1899 emigró a Australia Occidental, en parte en relación con un arrendamiento pastoral en el que estaba interesada y en parte en nombre de la Veces para investigar las acusaciones de crueldad blanca hacia los aborígenes.

Los informes de Bates sugirieron que los aborígenes fueron manejados de manera incompetente e imprudente, pero refutaron la idea de que estaban siendo tratados con crueldad. Habiendo cumplido su cargo, Bates permaneció en Australia Occidental y durante 35 años vivió como un europeo solitario entre los aborígenes. Su trabajo fue reconocido oficialmente por el gobierno de Australia Occidental, que le encargó que estudiara tribus particulares y la convirtió en la protectora itinerante de los aborígenes del estado.

La muerte de su marido y la adquisición de una propiedad en el norte de Australia Occidental no la distrajeron del servicio al que ahora había decidido claramente dedicar su vida y por el que, en 1933, fue nombrada comandante del Imperio Británico. . Los aborígenes la aceptaron como amiga y se refirieron a ella como Kabbarli, o abuela. Fue admitida en algunas de sus ceremonias de iniciación, de las cuales sus propias mujeres fueron excluidas bajo pena de muerte, y tomó abundantes notas sobre todo lo que observó, que formaron la base de un libro que publicó en 1938. Todavía trabajaba entre los aborígenes a la edad de 80 años, pero en 1945 la mala salud la obligó a retirarse a Adelaide. Murió el 18 de abril de 1951.

Bates no solo estudió a los aborígenes, sino que también ayudó a alimentarlos, cuidarlos y resolver disputas entre ellos. Ella se cuidó de respetar sus reglas y costumbres tribales y fue crítica con los misioneros que intentaron socavar sus creencias y convertirlas a las de un mundo totalmente extraño. Consideraba a los aborígenes como una raza condenada a una eventual extinción, pero le preocupaba que el proceso fuera lo más indoloro posible. A este respecto, concluyó que lo que se necesitaba no era "un estudio antropológico de las leyes sociales" sino "una administración del dominio británico fundada en nuestras mejores y más elevadas tradiciones".

Otras lecturas

Hay poco escrito sobre Daisy Bates. La mejor fuente de información es su propio relato de su vida, El fallecimiento de los aborígenes: toda una vida entre los nativos de Australia (1938; 2ª ed. 1966). Winifred Holmes, Siete mujeres aventureras (1953), tiene una extensa discusión sobre ella.

Fuentes adicionales

Bates, Daisy, La larga sombra de Little Rock: una memoria, Fayetteville: Prensa de la Universidad de Arkansas, 1987.

Blackburn, Julia, Daisy Bates en el desierto, Nueva York: Pantheon Books, 1994. □