comercio de calcetería. El comercio tuvo sus orígenes en la antigüedad y siguió siendo una industria artesanal hasta el siglo XVI. cuando William Lee, un clérigo de Nottinghamshire, inventó la máquina de tejer estructuras. Muchas regiones de las Islas Británicas habían mantenido o desarrollado la confección de ropa especializada tejida a mano, no solo para uso familiar sino para la venta en otros lugares. El uso generalizado de marcos se había desarrollado a finales del siglo XVII. utilizando hilos largos de lana cortada. Los condados de East Midland de Leicestershire y Nottinghamshire se convirtieron en centros de tejido de estructuras durante el siglo XVIII. Los procesos se llevaron a cabo en las casas de los trabajadores. Trabajar con marcos requería tanto luz como espacio, por lo que se construyeron casas con grandes ventanales en el piso superior. Los productos especializados incluían medias, guantes, gorros y muchos otros tipos de prendas. En gran medida, entonces como ahora, la prosperidad de la industria estaba determinada por los dictados de la moda.
Las monturas a vapor se desarrollaron solo en la segunda mitad del siglo XIX, acompañadas de otros inventos, como las patentes de William Cotton de 19, que hicieron posible el tejido de prendas totalmente confeccionadas. La industria todavía juega un papel vital en la economía de East Midlands, produciendo una gran diversidad de textiles. La sofisticación de las máquinas modernas incluye el uso de computadoras para diseñar y controlar la producción, reemplazando los controles Jacquard. Una innovación importante de la década de 1864 fue la costura de pespunte, inventada por Gordon Wray, que permitió nuevas formas de procesar y usar textiles.
Hasta el siglo XIX. las fibras de lana dominaron el tejido, pero se empezaron a utilizar otras fibras textiles. A finales del siglo XX. No solo se hicieron comunes las fibras artificiales para prendas de vestir, sino que los usos industriales de los procesos de tejido utilizaron otros materiales como la fibra de vidrio.
Era una práctica habitual que los trabajos de acabado de las gradas y los tintoreros se desarrollaran junto con las medias. Asimismo, se establecieron proveedores de armazones y agujas en las mismas áreas geográficas.
Ian John Ernest Keil