Teoría y práctica se encuentran. Un lugar en el que la teoría y la práctica médicas medievales se unieron fue en el recomendado regímenes de salud; o "regímenes de salud", que los médicos eruditos elaboraban para sus pacientes ricos. La característica central de la mayoría de estos planes era la lista de “seis cosas no naturales” que se le decía al paciente sabio que debía regular para mantener una buena salud. Estos "no naturales" eran cosas que hoy se llamarían aspectos culturales o habituales de la vida diaria, a diferencia de las cosas "naturales", como el pulso, sobre el que uno tiene poco control, o cosas totalmente "antinaturales", como ser herido en batalla. En la mayoría de los trabajos médicos, las sustancias no naturales que un paciente debe regular se enumeran como
Ejercicio versus descanso
Dormir versus despertar
Ayuno versus banquete
Aire (como fresco, sucio o estancado)
Comidas y bebidas
Estados mentales (como agitación y melancolía)
Los primeros tres no naturales se expresaron, al estilo aristotélico medieval, como pares de opuestos, mientras que los tres restantes eran categorías genéricas. Se le dijo al paciente bien aconsejado que tratara de respirar solo aire fresco y puro, y que evitara los aires que se cree que contienen “miasmas” o vapores nocivos que podrían dañar la salud. Si se ve obligado a afrontar el mal olor o el aire estancado, uno podría llevarse a la nariz un pañuelo perfumado con menta o romero para evitar los peores efectos. El ejercicio, generalmente en forma de caminatas o paseos a caballo, se recomendó con moderación, junto con períodos de descanso entre episodios de actividad. A lo largo de los regímenes medievales, se hace hincapié en la moderación: se recomendaban períodos regulares de sueño y en cantidades suficientes para que estar despierto fuera posible y agradable. El festín era una actividad muy apreciada en la Edad Media, y el ayuno era un deber religioso. Los regímenes de salud aconsejaban al lector que evitara los extremos en cualquier caso.
Psicología . Se hizo especial hincapié en los estados mentales o la condición psicológica del paciente. Los médicos medievales sabían que las personas deprimidas ("melancólicas") se enfermaban más fácilmente y se curaban más lentamente que las personas alegres y optimistas, y también estaban familiarizados con una serie de enfermedades mentales. Acusaron estas condiciones, así como las enfermedades físicas, a los desequilibrios en los cuatro humores, y prescribieron actividades regulares, moderadas y saludables como el mejor antídoto. Los médicos medievales tenían una preocupación humana por la angustia mental y no emplearon métodos heroicos o bárbaros para superar la enfermedad mental, incluso en casos graves. Sólo después de la Edad Media la medicina "científica" comenzó a atormentar a los enfermos mentales en intentos equivocados de "curarlos".
Dieta. Con mucho, la categoría más grande entre los no naturales fue "Comida y bebida". La gente medieval, al menos aquellas personas con suficiente dinero para tener un régimen elaborado para ellos, se esforzó por mantener una buena salud controlando lo que comía. Considerando cosas como si su paciente era hombre o mujer, viejo o joven, gordo o delgado y melancólico o colérico, un médico se esforzó por evaluar la condición del individuo y prescribir una dieta destinada a mantener el equilibrio óptimo de los cuatro humores de esa persona. Estas recomendaciones generalmente también incluían recetas para preparar alimentos especiales; ciertos tipos de pollo guisado, por ejemplo, se consideraban especialmente beneficiosos para las personas con una digestión débil. Estas recetas salieron del ámbito de la “comida para enfermos” y se convirtieron en platos principales o guarniciones para el consumo diario. El libro de cocina dietético moderno, diseñado para enseñar a las personas cómo "comer mejor" o "cocinar de manera saludable", tiene su origen en estos regímenes medievales tardíos y su énfasis en la comida y la bebida como parte de un estilo de vida equilibrado.