Lexington y concord, batallas de. En la noche del 18 de abril de 1775, el gobernador militar británico de Massachusetts envió desde Boston un destacamento de alrededor de 700 soldados regulares para destruir las provisiones militares recolectadas por los colonos en Concord. Al detectar el plan, los Whigs en Boston enviaron a Paul Revere y William Dawes con advertencias. Al amanecer del 19 de abril, el destacamento encontró una parte de la compañía de minuteros ya montada en el green de Lexington. A las órdenes del mayor británico John Pitcairn, los regulares dispararon y despejaron el terreno. Ocho estadounidenses murieron y 10 resultaron heridos. Los habituales marcharon por Concord después de un breve retraso.
En Concord, los estadounidenses superados en número se retiraron por el Puente Norte y esperaron refuerzos. Los británicos ocuparon la ciudad, mantuvieron el Puente Norte con unos 100 clientes habituales y buscaron tiendas para quemar. El humo alarmó a los estadounidenses y, reforzados a unos 450, marcharon hacia el puente, encabezados por el mayor John Buttrick. Los habituales se reformaron apresuradamente en el otro lado para recibirlos y empezaron a levantar las tablas del puente. Buttrick les gritó que desistieran. Las primeras filas de los regulares dispararon, matando a 2 estadounidenses e hiriendo a más. Buttrick dio la famosa orden: "¡Fuego, compañeros soldados, por el amor de Dios, fuego!" El contraataque estadounidense mató a 2 y obligó a los británicos a abandonar el campo. Sin embargo, los estadounidenses no persiguieron y los británicos marcharon hacia Boston hacia el mediodía.
En Meriam's Corner, los rebeldes de Reading dispararon contra su retaguardia, y desde allí hasta Lexington, los británicos estaban bajo el fuego constante de los francotiradores. Cuando llegaron a Lexington, los clientes habituales estaban casi sin municiones y completamente desmoralizados. Ellos eran
salvado sólo por la llegada de Sir Hugh Percy con una columna de Boston y dos piezas de campo. Cuando volvieron a marchar, la milicia los persiguió todo el camino hasta Charles-town, donde, antes de la puesta del sol, los habituales se pusieron a salvo bajo los cañones de la flota.
Las bajas del día no guardan relación con su importancia. Cuarenta y nueve estadounidenses y 73 británicos murieron; el total de muertos y heridos de ambos bandos fue de 366. Pero la lucha demostró a los estadounidenses que por su propio método podían derrotar a los británicos. En esa creencia, detuvieron los accesos terrestres a Boston antes de la noche, comenzando así el asedio de Boston.
Bibliografía
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Tímido, John. Hacia Lexington: el papel del ejército británico en la llegada de la revolución estadounidense. Princeton, Nueva Jersey: Princeton University Press, 1965.
———. Un pueblo numeroso y armado: reflexiones sobre la lucha militar por la independencia estadounidense. Nueva York: Oxford University Press, 1976.
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