30 de octubre de 1834
C. 22 de agosto de 1906
Quintín Bandera fue uno de los líderes negros más importantes en la lucha por la independencia de Cuba desde 1868 hasta 1898, una lucha que se superpuso con el proceso de emancipación esclavista y en la que las cuestiones de raza y ciudadanía fueron muy prominentes.
Bandera nació en Santiago de padres negros libres. Trabajó como albañil, jornalero rural, grumete y fogonero de combustible en un barco. Cuando comenzó la primera guerra de independencia (Guerra de los Diez Años) en 1868, ingresó como soldado raso y estuvo entre los últimos en rendirse como teniente coronel en 1878. Con otros destacados líderes rebeldes negros y mulatos, participó en la Protesta de Baraguá en marzo de 1878, cuando estos y otros líderes tomaron una postura pública contra el pacto de paz firmado por los oficiales cubanos de más alto rango, pacto que aceptaba la paz sin lograr la independencia ni la abolición. Bandera también participó en la Segunda Guerra de Independencia, la Guerra Chiquita, o Guerra Pequeña, de 1879 a 1880.
Pero fue en la guerra final de independencia contra España, que comenzó en febrero de 1895 y terminó en agosto de 1898 (varios meses después de la intervención de Estados Unidos) cuando Bandera se volvió más prominente (y controvertida). Fue uno de los primeros en levantarse el 24 de febrero de 1895; de hecho, parece haber participado en algunos de los trabajos preparatorios realizados en los meses previos al estallido de la guerra. Fue una figura importante en la invasión insurgente de las regiones occidentales de la isla, una marcha liderada por Antonio Maceo y Máximo Gómez, que comenzó en octubre de 1895 en Oriente y entró con éxito en las provincias occidentales de Matanzas, La Habana y Pinar del Río por al final de ese año. Durante esa invasión, Bandera fue blanco de rumores y propaganda racista, ya que la prensa española y otros describieron a sus tropas como negros "exóticos" con narigueras y taparrabos. En julio de 1897, Bandera, para entonces general de división, fue relevado de su mando por Máximo Gómez, jefe del Ejército Libertador de Cuba.
La decisión no estuvo exenta de controversias. La acción disciplinaria se ha interpretado en general como un castigo por su falta de actividad militar y por eludir su deber para permanecer cerca de una amante en la zona centro-sur de Trinidad. El mismo Bandera ofreció una explicación diferente, argumentando que había servido honorablemente, que era simplemente un hombre humilde y que había sido maltratado por los líderes insurgentes blancos locales de Trinidad. Cualquiera que sea la razón, el castigo significó que el final de la guerra en agosto de 1898 encontró a Bandera en Santiago todavía despojado de su mando.
La controversia que lo rodeó al final de la guerra continuó en el período de posguerra. En 1899 fundó el Partido Nacional Cubano de Oriente y, en 1900, realizó una gira por la isla, visitando pueblos donde fue recibido por autoridades locales y notables. Al mismo tiempo, sin embargo, los historiadores revisionistas señalan su marginación en la república inaugurada en 1902 —la negación del pago completo por el servicio militar, sus dificultades para obtener un empleo adecuado, su necesidad de realizar actividades de recaudación de fondos para su propio beneficio— para hacer un punto más amplio sobre las formas en que los veteranos negros de la independencia fueron marginados en la república creada por su labor y patriotismo. En 1906, en medio de una rebelión armada contra el primer presidente de la república, Bandera fue emboscada y asesinada por un veterano blanco del Ejército de Liberación de Cuba. Un año después, cuando las autoridades supuestamente descubrieron una conspiración negra, la señal para el inicio del levantamiento proyectado sería el asesinato del hombre que había asesinado a Bandera.
En muchos sentidos, Bandera es emblemático de la relación compleja y altamente cargada entre raza y nacionalismo en la Cuba de fines del siglo XIX. Por un lado, ejemplifica el protagonismo y reconocimiento alcanzado por los negros de origen humilde en la lucha por la independencia. Por otro, la polémica y el racismo que enfrentó a lo largo de su carrera hablan de los espinosos límites de esa misma inclusión y reconocimiento.
Véase también Maceo, Antonio
Bibliografía
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No Ferrer (2005)