Aproximadamente 1426-1400 a. C.
Rey, dinastía 18
Vida. Amenhotep II era hijo de Thutmosis III (circa 1479-1425 a. C.) y la gran esposa real Meryetre-Hatshepsut. Se casó con la reina Tiye, que fue la madre del próximo rey, Thutmosis IV (circa 1400-1390 a. C.). Gobernó durante veintiséis años, durante los cuales Egipto fue próspero y en su mayoría en paz.
Deportes y el Rey. Los reyes egipcios de la dinastía 18 (circa 1539-1295 / 1292 a. C.) siempre se habían presentado como guerreros. Durante el reinado de Thutmose III, también se presentaron al público los inicios de una tradición de deportividad. El más grande rey deportista, sin embargo, fue Amenhotep II, quien destacó su habilidad atlética en la propaganda política.
Jinete. De niño, Amenhotep II mostró una aptitud natural para la equitación. Su padre le confió el establo real en Memphis a una edad temprana. Amenhotep II aprendió a ejercitar, entrenar y comprender a los caballos, según la información contenida en una estela que erigió en Giza.
Arquero. El tiro con arco era importante para los reyes en la guerra, pero Amenhotep II también estableció demostraciones públicas de su habilidad. En una actuación espectacular, el rey montó su carro a la máxima velocidad mientras disparaba a objetivos espaciados a unos treinta y cinco pies de distancia. El rey atravesó cada uno de los cuatro objetivos de cobre con flechas que los atravesaron completamente. En otra ocasión disparó flechas a un lingote de cobre para que sobresalieran por el otro lado. En otra demostración de su fuerza, Amenhotep disparó trescientos arcos consecutivos, aprovechando esta misma ocasión para enseñar al ejército la diferencia entre un buen arco y un mal arco. La misma inscripción afirma que nadie más que el rey era lo suficientemente fuerte como para sacar su propio arco.
Marinero. Finalmente, Amenhotep II afirmó tener una gran habilidad en la navegación. En una ocasión afirmó haber sobrevivido a doscientos hombres remando en su propio barco fluvial. Su remo también era demasiado grande, alcanzando diez metros de largo.
¿Exageraciones? Es imposible evaluar la veracidad de las afirmaciones de Amenhotep II de haber sido el mejor deportista de todos los tiempos. Ciertamente, nadie habría podido contradecirlo cuando estas afirmaciones se grabaron en piedra. Sin embargo, llama la atención que insistiera tantas veces en su capacidad atlética como prueba de su legitimidad como rey. Quizás esta jactancia fue su reacción al seguir a su padre, Thutmosis III, quien fue sin duda el mayor rey guerrero en la historia de Egipto hasta ese momento. Como Amenhotep II fue entrenado como guerrero, pero no había necesidad de la guerra, demostró su disposición a proteger a Egipto a través de sus hazañas atléticas.