(1812-1878), célebre autor azerbaiyano, dramaturgo, filósofo y fundador de la crítica literaria moderna, que adquirió fama principalmente como escritor de obras de teatro de inspiración europea en el idioma azerí-turco.
Akhundov nació en Shaki (Nukha), Azerbaiyán, e inicialmente fue instruido para el clero islámico por su tío Haji Alaksar. Sin embargo, de joven adquirió un aprecio por las artes, especialmente la literatura. Se dice que un encuentro con el famoso letrista y filósofo azerbaiyano Mirza Shafi Vazeh en 1832 influyó profundamente en su carrera como escritor. En 1834, se trasladó a Tbilisi, Georgia, donde trabajó como traductor en la Cancillería del Virrey del Cáucaso. Aquí fue influenciado aún más en sus opiniones sociales y políticas a través de su relación con intelectuales rusos exiliados, incluido Alexander Bestuzhev-Marlinsky.
La primera obra publicada de Akhundov se tituló "Poema oriental" (1837), inspirada en la muerte del famoso poeta ruso Alexander Sergeyevich Pushkin. Sin embargo, su primera actividad literaria significativa surgió en la década de 1850, a través de una serie de comedias que satirizaban los defectos y absurdos de la sociedad contemporánea, en gran parte nacida de la ignorancia y la superstición. Estas comedias fueron muy elogiadas en los círculos literarios internacionales, y Akhundov fue apodado cariñosamente "El tártaro Moliere". En 1859 Akhundov publicó su famosa novela Las estrellas engañadas, sentando así las bases para una prosa realista, proporcionando modelos para un nuevo género en la literatura azerí e iraní.
En su trabajo posterior, como Tres cartas del príncipe indio Kamal al Dovleh a su amigo, el príncipe iraní Jalal al Dovleh, La escritura de Akhundov evolucionó de una sátira benigna a un comentario social mordaz. En esta etapa, demostró las inclinaciones típicas de la intelectualidad del siglo XIX hacia el movimiento de la Ilustración y sus principios asociados de educación, reforma política y secularismo. Las opiniones seculares de Akhundov, un subproducto de sus creencias agnósticas, surgieron de la desilusión con sus estudios anteriores en teología. Percibió el control del Islam en todas las facetas de la sociedad como una obstrucción al aprendizaje. Aunque el asalto a las instituciones tradicionales aparentemente era su acción comercial, sus mordaces sátiras solían estar leudadas con un mensaje de optimismo para el futuro. Según Tadeusz Swietochowski, destacado estudioso de la historia rusa, Akhundov creía que "el propósito del arte dramático era mejorar la moral de las personas" y que "el teatro era el vehículo apropiado para transmitir el mensaje a un público mayoritariamente analfabeto".