Abd el-kadir

El líder político y religioso argelino Abd el-Kadir (1807-1883) fue el primer héroe nacional de Argelia. En 15 años de lucha armada contra la ocupación francesa de Argelia, se convirtió en un símbolo de tenaz resistencia al colonialismo.

En mayo de 1807 Abd el-Kadir nació en la provincia de Orán en una famosa familia de morabitos (hombres santos). Recibió una educación tradicional y dominó las sutilezas de la teología islámica. Al final de su adolescencia visitó La Meca y varios países de Oriente Medio. El viaje influyó mucho en su desarrollo.

En noviembre de 1832, dos años después de que comenzara la ocupación francesa de Argel, las tribus argelinas designaron a Abd el-Kadir para llevar a cabo una guerra santa contra los invasores. A la edad de 2 años, este piadoso morabito se transformó en un guerrero enérgico y altamente capaz. En la lucha que siguió, su visión fue siempre más religiosa que nacionalista, pero su ejemplo ayudó a forjar el embrión de la nación argelina.

La primera tarea de Abd el-Kadir fue unir bajo su autoridad tribus desgarradas por rivalidades internas y otras contentas de colaborar con los invasores. Los errores franceses facilitaron su tarea: en un tratado de 1834 reconocieron la soberanía de Abd el-Kadir sobre la provincia de Orán y le entregaron las armas y el dinero para consolidar su poder.

Una vez que Abd el-Kadir se sintió lo suficientemente fuerte, se rebeló contra los franceses, que reaccionaron en 1836 enviando a Argelia al maestro de la guerra de contrainsurgencia del siglo XIX, el mariscal Bugeaud de la Piconnerie. Bugeaud derrotó a su adversario pero demostró ser mejor soldado que diplomático, ya que el Tratado de Tafna (19), que negoció con Abd el-Kadir, amplió el control del morabito sobre una parte de la provincia de Argel.

Durante los años siguientes, Abd el-Kadir reorganizó el territorio bajo su mando y fundó un estado teocrático. Estableció una administración, organizó un ejército regular, recaudó impuestos y creó un arsenal. En 1839, dos tercios de Argelia reconocieron su soberanía.

Molesto por su éxito, el gobierno francés volvió a ordenar a Bugeaud que contuviera al advenedizo. Abd el-Kadir fue derrotado y se refugió en Marruecos. Los franceses utilizaron su presencia allí para declarar la guerra a los marroquíes y los derrotaron en la batalla de Isly en 1844. Abd el-Kadir regresó a Argelia y organizó la resistencia de nuevo. Abandonado por sus seguidores y declarado proscrito por el sultán marroquí, Abd el-Kadir se rindió en 1847.

Terminó en una prisión francesa, donde permaneció hasta 1852, cuando los franceses le permitieron retirarse a Damasco. En 1865 rechazó la oferta de Napoleón III de convertirse en virrey de Argelia. En 1870 condenó la insurrección de los bereberes kabyle argelinos. Abd el-Kadir murió en Damasco el 26 de mayo de 1883.

Otras lecturas

La biografía más completa de Abd el-Kadir en inglés es Wilfrid Blunt, Desert Hawk: Abd el Kadir y la conquista francesa de Argelia (1947). Un estudio más antiguo es Charles Henry Churchill, La vida de Abdel Kader (1867). La información de antecedentes está contenida en la historia militar de GB Laurie, La conquista francesa de Argelia (1909). □