En la década de 1970, la industria del cine continuó prosperando haciendo lo que la televisión no podía: contar historias que eran más complicadas, violentas, aterradoras o sexys que las que se podían mostrar a las familias sentadas en casa. En la década de 1970 estuvieron presentes dos tendencias contrastantes en la realización de películas. Por un lado, varios cineastas, tanto de Estados Unidos como de Europa, empezaron a pensar en el cine como un arte y empezaron a hacer películas intelectualmente desafiantes. Estas películas se proyectaron en teatros de arte (teatros que muestran películas especializadas que se cree que tienen mérito artístico) y fueron vistas por pocos. Por otro lado, los grandes estudios continuaron respaldando lo que se conoció como "éxitos de taquilla", películas espectaculares que atrajeron a un gran público. La cantidad de dinero gastado y generado por las películas creció dramáticamente en la década.
La serie de éxitos de taquilla de la década de 1970 comenzó con El Padrino (1972), que batió todos los récords de taquilla. Protagonizada por Marlon Brando (1924–) como el jefe de una familia de la mafia de Nueva York, la película fue violenta, sexy y convincente. El exorcista (1973), basada en la novela del mismo nombre de William Peter Blatty (1928–), fue tan inquietante que llevó a algunos espectadores a abandonar el teatro, pero también atrajo a un gran público.
Los efectos especiales y los temas de ciencia ficción ya no se usaban solo en las películas de grado "B". En la década de 1970, contribuyeron a dos de las películas más importantes de la década. La estrella de Fauces (1975) era un falso tiburón gigante cuya amenaza se hizo realidad gracias al director que se convirtió en un gigante del cine del siglo XX: Steven Spielberg (1946-). Star Wars (1977) utilizó una variedad de efectos especiales para contar una historia dramática de aventuras espaciales. La película, y sus secuelas, novelas y merchandising, se han convertido en una industria importante a medida que se siguen lanzando nuevas películas en el siglo XXI.
Los artistas negros obtuvieron un acceso cada vez mayor a las películas en la década de 1970. Aparecieron en películas totalmente negras, como la película de acción. Eje (1971), protagonizada por Richard Roundtree (1942–), pero también en películas con grandes estrellas blancas. Desde el gran drama de las muchas películas de desastres de la década hasta el alto campo de películas como The Rocky Horror Picture Show (1975), los cinéfilos de los 1970 pensaban que lo tenían todo.